Nadie es un extraño, el mundo y tu sois uno.

Insphirados nace bajo el amparo y la bendición de Pujya Swami Rameshwarananda Giri Maharaj, de cuya luz, entrega y sabiduría bebe este blog. Esta plataforma tiene como humilde pretensión ser un lugar de encuentro, de reflexión y de andadura para todos aquellos que bajo la inspiración de Swamiji han decidido ir en busca de la Verdad. Cada cual al ritmo de sus posibilidades, con mayor o menor acierto, con mayor o menor constancia. Todos son bienvenidos.

domingo, 8 de marzo de 2015

Un paso más en el Vedantasara

Las cinco envolturas descritas en la entrada anterior, que parecen cubrir el atman, se agrupan en tres cuerpos (sariras): el causal, el sutil y el tosco. Microcósmicamente, cada alma individual está vinculada a estos tres cuerpos. Macrocósmicamente, Dios, el alma universal, también está encarnada en estos tres niveles de la existencia material. El cuerpo causal es lo mismo que la envoltura de la felicidad. El cuerpo sutil comprende las envolturas intelectiva, de manas (mente inferior) y vital. El cuerpo tosco es la envoltura hecha de alimento.
El alma de Dios es la Consciencia pura; su <<cuerpo>> son estos tres niveles de la existencia relativa de los que estamos hablando: la ignorancia, el mundo sutil y el mundo tosco o perceptible.
Igual que el individuo finito tiene tres estados ordinarios de consciencia - la vigilia, el sueño y el sueño profundo-, Isvara, el Señor del universo, también los tiene. Cuando está despierto están activos los tres cuerpos con sus cinco envolturas; cuando está soñando, su cuerpo tosco está ausente y sólo permanecen activos el cuerpo sutil (la mente) y el cuerpo causal. Cuando está dormido, sin soñar, los cuerpos tosco y sutil están inactivos y sólo queda el cuerpo causal, la envoltura de felicidad que es la ignorancia universal.
En la <<noche cósmica>> en la que Dios está dormido, el universo se encuentra latente en la ignorancia indeterminada, que es el cuerpo causal de la divinidad; cuando el universo se manifiesta, la ignorancia universal o ilusión cósmica (maya) se despliega en múltiples formas dando lugar a los mundos sutil y tosco, los otros dos cuerpos de Dios; cuando el universo con todos sus niveles se disuelve al final del ciclo cósmico, toda la diversidad de la apariencia vuelve a su causa, la ignorancia, el <<sueño profundo>> del Señor. El universo procede de Dios, existe en él y en él se disuelve.

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