Un pasito más en la exploración del Vedantasara
Dios, causa material y eficiente del mundo
La consciencia condicionada por la ignorancia con sus dos
poderes (proyección y ocultamiento), considerada principalmente en sí misma, es
la causa eficiente, y considerando principalmente su condicionante, es la causa
material del mundo.
Se plantea entonces una cuestión: todas las cosas relativas
tienen causa material (upadana karana) y causa eficiente (nimitta karana). La
primera es la materia de la que está hecha la cosa; la segunda el agente que la
ha construido. En el caso de un jarro de arcilla, la causa material es la
arcilla y la causa eficiente el alfarero.
Dios, la totalidad de la existencia relativa que incluye el
mundo y las almas, tiene dos aspectos o vertientes: el espiritual (Consciencia)
y el material (ignorancia). Si nos fijamos en el aspecto espiritual, Isvara es
la causa eficiente del mundo, porque lo que causa o configura el mundo tiene
que ser una realidad consciente, inteligente. Pero si nos fijamos en su aspecto
corporal, la causa material directa del mundo es la ignorancia o ilusión
cósmica (maya), que es el material inconsciente modelado por el Creador para
dar forma al universo. Indirectamente, como la ignorancia con todos sus
derivados solo existe en Dios, éste también es la causa material de todos los
mundos.
En sentido estricto, Isvara sólo es la Consciencia
condicionada por la ignorancia colectiva, igual que jiva (el alma) es la
Consciencia condicionada por la ignorancia individual; pero puesto que ambos
están vinculados intrínsecamente a sus condicionantes (upadhis), se puede decir
que Isvara contiene el universo entero y que el jiva es el individuo (físico,
sutil, causal y espiritual) entero. Cada uno de ellos es la Consciencia con sus
upadhis. En consecuencia, como Isvara es todo cuanto existe, no sólo es la
causa eficiente sino también la causa material de todo: todo está hecho de
Dios.
Dice el Taittiryia Upanisad, <<después de crearlo,
entró en ese mismo mundo>>. Para el Advaita Vedanta la transformación de
brahman en el mundo sólo es aparente (vivartavada), como la falsa
transformación de una cuerda en una serpiente, uno ve una cuerda y le parece
una serpiente. La serpiente no tiene por qué reproducir las características de
la cuerda porque, sencillamente, no existe aparte de la cuerda. Y lo mismo le
sucede al mundo aparte del brahman.
Podemos preguntarnos, si todo es Dios , por qué no lo vemos?
Desde el punto de vista relativo, el intelecto filosófico responde, por la
misteriosa ignorancia, la inescrutable ilusión cósmica. Desde el punto de vista
absoluto, la intuición no responde sino que disuelve la pregunta: Sí que lo
vemos. De hecho sólo vemos a Dios.
Toda esta reflexión sobre el brahman como causa del mundo se
refiere siempre al saguna brahman (brahman con atributos) o Isvara, no al
nirguna brahman (sin atributos), que también carece del atributo de <<ser
creador>>, e incluso del de <<no ser creador>>.
Igual que la araña, considerada principalmente en sí misma,
es la causa eficiente de la telaraña y, considerando principalmente su cuerpo,
es la causa material de la telaraña. Si nos fijamos en la araña como un jiva, o
ser individual, es la causa eficiente de la telaraña, dado que emite el hilo y
le da forma. Si nos fijamos en la araña como cuerpo físico, es la causa
material, ya que el hilo y la telaraña están hechos de la propia sustancia de
la araña.
El ejemplo de la araña aparece en la sruti:
<<como,la araña emite y recoge el hilo,
como las plantas crecen en la tierra,
Como el pelo crece en el cuerpo y la cabeza de un hombre
vivo,
Así todo lo que hay sale del Imperecedero (aksara).>>
Comentario de Pandu:
Desde este punto de vista, toda la realidad física que somos
y nos envuelve, es divinidad. Somos esa Consciencia, estamos hechos de ella. De
esta forma resulta evidente la no dualidad. Todo es Uno, todos somos Uno, y
somos parte de esa Consciencia cósmica. Nada pues nos es ajeno, nadie es un
extraño.
El mundo pensado desde esta concepción debe hacernos
mejores, con nosotros mismos y con lo que percibimos como los otros. Puesto que
si yo hago el bien sobre mí, lo hago también sobre el universo, y a la inversa
si hago el bien sobre el universo lo hago también sobre mí. Y todo eso en una
bellísima paradoja, el concepto "material" del bien casi se disuelve,
puesto que estamos plenamente contenidos en esa Consciencia que Es más allá de
nuestra voluntad individual.
La Realidad resulta pues infinitamente poética, una inmensa
sinfonía universal.
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