Un paso más en la Exploración del Vedantasara
El cuerpo sutil y sus partes
Los cuerpos sutiles son los <<cuerpos
distintivos>> (lingasarirani), que constan de diecisiete partes.
Las partes del cuerpo sutil son: los cinco sentidos, el
intelecto (buddhi), el manas (mente no determinadora), las cinco facultades de
acción y los cinco alientos vitales.
En la base del ser individual (jiva) se halla la ignorancia
individual que es el cuerpo causal (karana sarira), la causa de los otros
niveles de la individualidad. El cuerpo sutil (suksma sarira) es aquella parte
del ser individual que no se percibe directamente por los sentidos: el sistema
de todos los elementos psíquicos y <<energéticos>>. El cuerpo tosco
(sthula sarira) es la dimensión física o perceptible del ser vivo.
Los cinco sentidos son el oído, el tacto, la vista, el gusto
y el olfato.
Literalmente jñanendryia significa <<órgano o
instrumento de conocimiento>>. Son las facultades psíquicas, sutiles, que
nos permiten sentir las sensaciones físicas: sonido (sabda), contacto(sparsa),
forma o color (rupa), sabor (rasa) y olor (gandha); es decir, son los cinco
sentidos clásicos: oído, tacto, vista, gusto y olfato. Sin embargo los nombres
literales de los cinco jñanendryias son: srotra (oído u oreja), tvak (piel),
caksus (ojo), jihva (lengua) y ghrana (olfato). Son pues los nombres de los
correspondientes órganos de los sentidos, a pesar de lo cual se trata de
facultades mentales y no de los órganos físicos de los sentidos porque éstos
pertenecen al cuerpo físico, y no al cuerpo sutil.
Cada sentido está hecho de la parte sattvica o
<<bondadosa>> de uno de los elementos sutiles. Recordemos que en
los elementos sutiles predominaba el constitutivo <<oscuridad>>
(tamas), pero que también tenían algo de los otros dos constitutivos, rajas y
sattva. Las facultades psíquicas -los sentidos, el intelecto y la mente
indeterminada (manas)- Proceden de esta pequeña parte sáttvica o pura de los
elementos sutiles (tanmatras). La diferencia es que cada sentido procede de un
solo tanmatra, mientras que el intelecto y el manas proceden de la parte
sáttvica de todos los tanmatras juntos. Por eso, aunque cada sentido sólo puede
aprehender la cualidad sensible característica del tanmatra del que procede, el
intelecto y el manas pueden trabajas con todas las sensaciones.
Así de la parte sáttvica del elemento éter, caracterizado
por la cualidad del sonido, surge el sentido del oído; de la del aire,
caracterizado por el contacto, surge el tacto; del fuego, caracterizado por la
forma, la vista; del agua, que tiene sabor, la lengua; y de la tierra, olorosa,
el olfato.
Es así el universo? Desde la física moderna hay que
contestar que no. Pero viendo esta cosmogonía como un intento de organizar la
experiencia de lo real, una mirada benévola puede aceptarla como una
clasificación plausible de nuestras experiencias. Y sobre todo, como una
clasificación que puede ser útil para la meditación y, en consecuencia, para
avanzar hacia la experiencia adual, que es la meta del Vedanta.
Si el Vedanta fuera una filosofía, desde un punto de vista
vedántico, habría que dejarlo atrás para avanzar en el camino. Pero el Vedanta
no es una filosofía, sino el final del conocimiento. Las descripciones del
Vedanta sirven para darnos una imagen completa de la realidad en todos sus
aspectos. Si, adaptándolas y reinterpretándolas, podemos mediante ellas tener
una visión de conjunto plausible de la realidad, eso es suficiente. Porque
recordemos que el siguiente paso de la práctica es apavada, la negación de todo
lo que estamos exponiendo.
En consecuencia, caben múltiples interpretaciones plausibles
de la realidad. Lo que importa, no es tanto que sean verdaderas o falsas como
que sean compatibles con la experiencia común y sirvan para orientar nuestra
vida. Cada cual optará por una de ellas según lo que quiera hacer con su vida.
Comentario de Pandu:
Aqui el Vedantasara propone una descripción de la realidad
en clave cosmogónica. Y esa propuesta plantea un contacto con lo real que
podemos asumir como algo que nos remite a nuestra experiencia individual del
mundo. Es decir, una percepción "física" de la realidad que se
produce a través de los sentidos y la sensación que cada uno produce (oído,
vista, tacto, ...) y una aproximación intelectual a esa realidad a través de
una elaboración psíquica en la que todos los sentidos pueden entrar en juego
mezclándose; en la que no es necesaria la experiencia unívoca
estímulo-sensación. En esa experiencia intelectual se produce una elaboración
creativa y subjetiva de la realidad que permite que cada ser individual genere
su "propio universo", hecho desde luego de ignorancia y también de
autoengaño.
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