Nadie es un extraño, el mundo y tu sois uno.

Insphirados nace bajo el amparo y la bendición de Pujya Swami Rameshwarananda Giri Maharaj, de cuya luz, entrega y sabiduría bebe este blog. Esta plataforma tiene como humilde pretensión ser un lugar de encuentro, de reflexión y de andadura para todos aquellos que bajo la inspiración de Swamiji han decidido ir en busca de la Verdad. Cada cual al ritmo de sus posibilidades, con mayor o menor acierto, con mayor o menor constancia. Todos son bienvenidos.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Seguimos explorando el Vedantasara

Las tres envolturas del cuerpo sutil.
En cada una de las tres envolturas del cuerpo sutil predomina un poder o capacidad, sakti.
La envoltura más sutil es la intelectual, y es la que tiene la capacidad de conocer, jñana sakti. Dirige el organismo por ser la que se encuentra más próxima a la Consciencia Pura. Esta envoltura es el jiva o alma individual, el centro de la individualidad, del que nacen todas las iniciativas y al que llegan todas las experiencias para ser conocidas definidamente.
Una segunda envoltura es el manas, que tiene la capacidad de desear, iccha sakti. Es el instrumento, karana, del intelecto, que es el agente, kartr. Porque el intelecto sólo puede conocer el objeto percibido por los sentidos cuando el manas coordina las sensaciones y se las presenta al intelecto bajo la forma de un objeto indeterminado.
La tercera envoltura es la vital. Tiene la capacidad de actuar y es el efecto. La envoltura vital, pranamaya kosa, tiene la capacidad de actuar, kriya sakti, sobre el cuerpo físico, que es incapaz de actuar sin la ayuda de los alientos vitales y las facultades de acción. La actividad de la envoltura vital es el efecto, karya, de la acción desencadenada por el agente, que es el intelecto. El conocimiento determinado por el intelecto pone en marcha el deseo, es decir el manas, y éste moviliza los pranas y las facultades de acción para que el cuerpo físico actúe.
A estas tres envolturas juntas las llamamos cuerpo sutil.
El cuerpo sutil, suksma sarira, es el que acompaña al alma individual, jiva, en sus reencarnaciones. De hecho es el cuerpo sutil el que reencarna, ya que el jiva tan sólo es el reflejo o imagen distorsionada de la Consciencia Pura del intelecto.
Hay una explicación metafórica muy clara y poética:
"Sabe que el atman está en una carroza y que el cuerpo es la carroza. Sabe que el intelecto, buddhi, es el conductor y el manas las riendas. Dicen que los sentidos y facultades de acción, indriyas, son los caballos, y sus objetos, los caminos que recorren."
 El atman no hace nada. Tan sólo es testigo, saksin, de lo que ocurre dentro y fuera del individuo.

Comentario de Pandu:
Como siempre, vemos este "orden jerárquico que va de lo más tosco a lo más sutil, o al revés. Cuanto más sutil es una cualidad, menos movimiento tiene, más idéntica a sí misma permanece. Se halla por tanto, más en la "esfera espiritual", donde no hay roce con lo mundano. Es el yo que observa, que es testigo, capaz de discernimiento. Esa parte más sutil "delega" su comunicación con el cuerpo físico a una envoltura intermedia, el manas o el deseo. En la esfera del manas se dan ya variaciones profundas en función de la coyuntura. Puedo desear algo hoy, pero no mañana. Finalmente un tercer nivel pone en marcha, desencadena la acción del cuerpo físico, que se roza con el mundo, que es mutable y mortal.

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